jueves, 2 de octubre de 2008

DON JUAN EL HIJO DE DIOS

Tema: Amor y racismo
Personajes: Don Juan – La Cigüeña Parisina- Luna
Lugar: Colombia- Ibagué- Universidad del Tolima
Objetos: Chocolate- café
Cuentan que el más fiel de sus recuerdos, es precisamente estar viajando en la bolsa de una cigüeña francesa, servidora de la más noble causa del mundo, llevar niños hechos de amor a un destino preciso.
Etiquetado con el nombre Juan, prometía ser un gran amante, un gran señor, ese era su don. Extraño fue su cambio pero aun más inexplicable su historia de vida, si blanco llego a Colombia oscura quedo su piel por gusto inagotable de los chocolates y el café, sostenía que no era por el azar que eso lo heredo de su padre, que este, antes de enviarlo a la tierra le dio un toque de verdad.
La gente se burlaba de Don Juan hecho un hombre, diciéndole que de frente se veía de lado y que de lado ya no se veía, pero el respondía con gran paciencia, que este era el resultado de alimentar con lo necesario su cuerpo y que ellos no podían ver que tan obeso era su espíritu que se desfiguraba de amor y tolerancia.
Es precisamente este el momento más bello de la historia, porque explica el porqué las mujeres ven el amor verdadero en todos los hombres, gracias a Don Juan, solo ellas lo conocieron y entendieron, en cambio solo ellos lo envidiaron por no poder ser al menos un poco de él y ser tan solo imitaciones cómicas del amor.
Se desintegro don Juan una tarde soleada en al UT de Ibagué, después de besar a una mujer que con el tiempo, enfermaría de diabetes, por recibir tan solo uno de sus besos; en sus últimos momentos de vida, Luna deliraba diciendo, que la solución a esta guerra tan absurda era entender que cuando se apaga la luz todos somos del mismo color.
Luna es la única mujer que ha muerto del más dulce beso de amor, en Colombia un lugar donde solo ocurre que la gente muere y vive por amor.

¿LA VIDA, UNA CARRERA PARA GANAR?







Nos vemos involucrados en un cruce de castas, pero creemos y unos decimos, - no pedimos venir, y otros ya estamos aquí, En cambio, algunos, los pesimistas, dicen: -ya nos queremos ir.
Es inevitable en este mundo la competencia, pero hay que entender que ganar no es el fin, el paseo es más interesante. Debemos ser el jinete para cabalgar en el lomo de nuestras propias vidas, que va sin riendas y desbocado, pero que aun con esto la carrera es perfecta, pero no por ser perfecta si no por los matices de errores que la hacen así; podemos hacer que cuando esos corredores pura sangre nos quieran expulsar de la carrera, les mostremos que si ambos nos cortamos las venas, ambos sentiremos dolor y la sangre no va a ser más que del mismo color, porque corremos de puro corazón y los rótulos, títulos y castas solo existen en las mentes ambiciosas, Porque el objetivo de la carrera, no es sacar de todos a un ganador si no que todos seamos uno.
Se hereda la sangre la genética y la tradición, pero el espíritu, el coraje y los valores solo quedan en los viejos que vivieron con honor.
La carrera no es digna de los corredores, corredores ejercitados fabulosamente, pero con mentes invalidas que entorpecen el recorrido de muchos, convirtiéndose en aviones, abejas, avispados, sinónimos modernos del éxito, porque el que no es así no existe y su destino será como el de un caballo viejo de sorra, con heridas engusanadas que se alistan en el matadero para recibir un macetazo en su frente y que de él saquen las largas tiras de embutidos, para que lo comamos todos, ese parece ser el fin de esa carrera, la que no pedimos de voluntad correr; existir parece ser , comida morbosa de todos .